marzo 15, 2021

Y la piel ARDIENDO

    Me he despertado a las 3 de la mañana (más o menos) y he pensado en cosas extrañas como que la O de la palabra SOL debe ser ya más grande que el propio planeta y que tengo la virtud de convencer al ADVERSARIO de que sólo padece un pequeño síndrome de príncipe destronado. Que mi cuchara siempre fue más grande que su olla, que por eso rompí la baraja con la que intentaba vislumbrar MI futuro. Dejemos a satanito-Pérez fuera de esto, pobriño. Me he despertado a las 3 de la mañana y la piel ARDIENDO.

    Debéis saber que vuestros demonios no son más que ángeles, ambos como una moneda arrojada al aire y que nunca caerá, pero que sí gira contra el sol; suenan los fotones contra la cara: ¡Ying! Suena la sombra contra la cruz: ¡Yang! Y así van alternándose luz y sombra mientras la moneda gira ad eternum HACIENDO sus ruiditos ying-yang ying-yang ying-yang: Lo que quiero decir es que os dejéis abrazar más, que abracéis más, cabronas y cabrones. Me he despertado a las 3 de la mañana y la piel ARDIENDO. 




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