Hoy es sábado. Iba a hablar del último premio Planote. Una verdadera ganga en posavasos. Calzos para mobiliario. Pellets de combustión rápida. Decoramesitas. Una escritura ligera, casi automática, especialidad de los días sin tiempo. Pero también quería hablar de Novalis. De cómo Heinrich se topó con Mathilde. Diese Reiter war nun geendigt. El Idealismo Mágico que pone patas arriba a Goethe. Una escritura densa, pedantona y áspera, que tampoco ibais a leer. Novalis versus Sonsoles. El dilema. Ambos, que me gusta a mí la imagen, puestos en equilibrio, atados y desnudos, sobre la afilada navaja de Ockham, las postales de Fu Zhu Li del capítulo 14, Leopoldo II en el Congo, Vlad el Empalador. En igualdad de condiciones la solución Ónega es la correcta. Y sin embargo me resisto, porque el Planote no merece que le dediquemos más tiempo que el del minero a la luz del sol. Lo echaremos a pares o nones, dice mi hija de seis años. Hija, ¿estás segura? No queda más remedio, amado padre, si no nunca me llevarás al parque.
noviembre 11, 2023
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