PREFACIO
¿Soy Jack Torrance en El Resplandor de Kubrick?
Me cago en todo, ¿cómo me puede estar pasando lo mismo otra vez?
I
Páginas escamadas de celulosa bajo la luz de una lámpara anti-insectos, es verano y tengo un brote psicótico. La ideación paranoide me empuja a cerrar todas las puertas, funcionan tanto de barrera como de alarma, las bisagras crujen en esta casa. Hay losas sueltas en el patio, manchas de humedad que levanta la pintura del enorme salón, hay puertas baratas hinchadas que no encajan en sus marcos desnivelados.
(Esa fricción en todas las articulaciones de la vieja casa funcionaría perfectamente como una metáfora del cerebro desquiciado que me ocupa, que extiende un cuerpo hacia fuera para relacionarse con la cosa)
II
Entonces un miembro fundador nos pasa textos de Hakim Bey y tomamos notas con los dedos tiznados de café molido (las cafeteras están echando humo todo el tiempo aquí) y hacemos nuestras cosas; ya sabéis qué.
III
Al final La Tormenta lo ocupa todo, no dolió tanto, está bien. Una caja de cartón, llena hasta arriba de cuadernos y papeles mecanografiados, arde alimentándose de la flor más grande y apestosa de este mundo. Se abre tan despacio, el cartón retrocede ante la luz, se arruga y retuerce, está brotando. Yo la miro. Ahora mismo ese montón de basura está amaneciendo. Buen día, una ducha, un café.
EPÍLOGO
SoL
(Soy un niño y) me voy a jugar a cualquier otra cosa.