julio 11, 2023

Un ermitaño de jardín

Este es mi primera contribución al blog, que se ha hecho esperar como lluvia, soy Omduart, un placer dejar caer mi relatito por aquí.



El alma joven


Me llaman rico excéntrico. Esos pobres. Tan pobres que no pueden soñar. La imaginación está vacía si no tienes riqueza para hacerla real. Yo, en cambio, después de comprar todo lo que quiero he decidido adquirir algo más. Un ermitaño, un ermitaño de verdad viviendo en mi jardín. Hasta le he comprado unos trapos nuevos. Se los compré a un vagabundo por un dinero que le sirvió para comprarse seis piezas de ropa. Cada día me agrada más mi última adquisición. He poseído leones, tigres, delfines, los delfines me costaron más de lo que había imaginado, pero son hermosos y el tito siempre me convence. Poseí una casa del terror. Eso sí que fue una excentricidad. Gastaba centenares de euros en sangre falsa, gasolina para la motosierra y sueldos de psicópatas que disfrutan aterrorizando a mis amigos. Yo jamás entré, para mi era un tema de apuestas y voyerismo. Me encanta contemplar. Yo creo que he nacido para ello. Para gastar la fortuna familiar y contemplar todo aquello que adquiero. Que bonita la vida, y que grande que soy en lo mío. Cada día me agrada más mi última compra. Mi ermitaño estudió filosofía en la facultad. ¡Tiene el título y todo! Pero un día se volvió loco o algo, no me explico porqué querría nadie dejar su trabajo de catedrático siendo un pobre sin herencias decentes en espera. El filósofo es un ser raro, pero me entiendo con el mío. Me dice que el contemplamiento es una forma de meditación. Bueno el dice contemplación, pero es porque no tiene tanto estilo como yo, ni sabiduría y sobretodo no tiene dinero. A veces me paso la tarde hablando con él y contemplamos juntos el jardín. Les he dicho a los jardineros que hagan lo que él les pida. A mi ermitaño le gustan las plantas y la verdad es que está haciendo un gran trabajo con el jardín. Nos sentamos, él en su piedra grande de meditar y yo en mi butaca de lujo. Él toma bocanadas de aire fresco y yo gintonics. Él me habla del estoicismo, de sus maestros Buda y Diógenes y el valor de la vida y la materia. No sabe que está loco y solo le doy lo que se le da a los locos, el sí, el claro, el por supuesto. Siempre me da la razón cuando le digo que la vida contemplativa es la mejor vida, lo más lógico, lo más sano. Ayer me convenció por plantar algunas plantas carnívoras. Dice que ver una planta devorar vida es algo bello y que provoca reflexión instantánea. Me gusta ver cómo comen moscas las carnívoras, pero me decepcionó amargamente que solo coman una al día como mucho. Menos mal que tengo toda la casa por dentro y por fuera llena de cámaras grabando las veinticuatro horas del día, y así le digo a Rodrigo el vigilante que me guarde las escenas más interesantes. Rodrigo me pasó un vídeo de mi ermitaño sentado en pelotas viendo atentamente como cae una gota de rocío en una hoja hasta el suelo. Es fascinante mi andrajoso ermitaño. Una de las tardes de conversación, mi sucio filósofo me habló del tarot. Me dijo que desde la carta que lo representa se puede llegar a la última de los arcanos mayores, el Mundo. Algo así como que desde la sabiduría se puede comprender todo, no sé. Le pregunté en cuál me encontraba yo y me dijo que el mago tanteando el emperador. No entiendo su razonamiento, está claro que soy el Emperador, el rey. Está loco, yo le digo que tiene más de el Loco que de Ermitaño. Él se ríe, yo me río, él respira profundamente y yo apuro mi gintonic. Cada cual en su mundo tiene todo lo que quiere aunque él ignora todo de lo que yo gozo sin que pueda ni imaginarse todas las riquezas que poseo. No sé si me cansaré algún día de tenerlo por ahí en mi jardín, pero por ahora es fantástico, muy grato poder ver sus locuras de pobre cada día mientras me tomo una copa.


El ermitaño

Nunca pensé que acabaría viviendo en el jardín de una alma joven, pero si bien es cierto tiene sus convenientes. No me manca de nada material y cada día tengo la oportunidad de aprender sobre el rebaño paseante sin renunciar a mi maestra la soledad y la majestuosa naturaleza. Qué fácil es tenerlo todo como dios quiere, jamás sospeché que un hombre que un capricornio pudiera aprender sin explorar el mundo desde la pobreza material. Y quizá me equivoque, al menos, la invitación que me da a ocupar su jardín deja la veda abierta. Hoy, después de vivir una muerte en vida como solo un ser de mi sol en noviembre puede comprender en profundidad, Dios me ha hecho un hermoso regalo. Ocurrió mientras meditaba, mi mente ascendía libre abandonando mi cuerpo. El alma se expandía manteniendo el lazo mente/cuerpo y sentía el sufrimiento de la división, el amor de la unión, el gran dolor. Regresó todo a mi porción de Dios y caí de espaldas contra la tierra. Observé el cielo unos siempre relativos instantes y luego lo vi. Un escorpión saliendo de debajo de una piedra, acercándose a mí, quedándose quieto, delante de mis ojos, contra toda lógica biológica y en pleno fulgor espiritual, como una presencia física de la gran divinidad. El escorpión continuó su camino sin prisas sabiéndose en casa y arropado por El manto. El sol siempre está detrás de una nube. El sol, mi sol, permanece opacado. Toda la energía que irradia permite atravesar las nubes y demostrar su existencia e incluso iluminar, dar vida a su alrededor, aunque permanezca oculto. Sin embargo en ese esconderse erradica mi gran dolor, mi falta de. Entre tanto el alma joven sigue cruzando el jardín con su copa permanentemente pegada a su mano. Le llamaré el As de copas, nadie está tan cerca de ella. Es más, el As de copas es el que descubre por vez primera la generosidad y el gran beneficio de proveer. As de copas, gracias, espero que mi presencia acompañe tu crecimiento como la tuya acompaña la mía. Una mañana hermosa, una caca interesante. Acabo de dejar salir un excremento granuloso que se ha amontonado en forma de montaña. Se puede observar pepitas varias de mi dieta a base de frutos. Me impresiona el poco tiempo que tardan las moscas en localizar su botín. Todos damos, todos recibimos. El As de copas me ha sugerido que debería ser más atento con sus necesidades. Yo le dije, señor, estamos aquí para servirnos, mientras le llenaba la copa de ginebra; señor, venimos a descubrir misterios, a cruzar a Maya y ver lo que nos queda en conocimiento de su existencia y en el profundo desconocimiento de su forma. Respire, señor, aspire conmigo el aire que llenará su cuerpo de las experiencias del mundo, el camino del loco continúa a cada artilugio nuevo que descubre, cada acto mágico que aprende. Caminemos, señor.

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