mayo 30, 2023
Un último hilo de esperanza
mayo 26, 2023
Parranda
Menudo elemento, el padre de Cenicienta. El puto Walt Disney nos hizo creer que estaba muerto, pero en realidad estaba de parranda. Qué fijación por la tortura infantil, papá Perrault, fijación de las de llevar una foto de la silla eléctrica en la cartera. Un juego de cuchillos chinos. Unos alicates. Conste en acta que esa sonrisa con la que leéis estas líneas delata que lleváis en los bolsillos el morbo sádico de la Báthory, el morbo sádico de un águila de sangre, el morbo sádico de los primeros obispos. Yo quería introducir con suavidad la figura de Ravel en esta ecuación rococontemporánea, pero se me han adelantado la terribilità de Euterpe montada en la literatura del exceso, los cuentos de las criadas tañedoras de vihuela, la antolorgía de Hildegarda en su convento de filarmonías. Y entonces, solo entonces, se pueden escuchar con nitidez los bufidos ternarios de Jean Echenoz tarareando el Assez vif, trés rythmé mientras mata a puñaladas al padre de Cenicienta.
mayo 25, 2023
Deglutores de especia o especiáfagos vol 2
Deglutores de rocas doradas preparan su compota con un pez oculto en la palma de la mano. No les hable, que están a punto de desayunar y ejercer de elegantes en medio del yermo. Deglutores de rocas doradas disuelven su compota cristalina en un café mediocre. clin clin clin: la cuchara contra la loza. Tienen los labios tiznados por los vapores del opio que inhalaron sus abuelos. Artaud, hazte mago negro, anda.
¡Los locos nunca manejarán este BARCO! Tarde, eh. Parad de lanzar proclamas decimonónicas como el Litio. Toyacos psiquiátricos reciben relojes de marca de un visitador médico [gran perfil comercial: muchacho ¿me pregunto si prefieres ser del Planeta o de Los Pingüinos? Porque la cara de puta ya me traes, ¿eh?].
Esa gente que hace que me odia y no paran de tomar notas de cómo se HACE cuando HABLO. Sólo somos yo y mi ellos: todos tenemos de eso.
¿En serio estáis criando purasangres para intentar venderlos a las caballerizas del Señorito andaluz? ¿En serio? NO SABES QUÉ ASCO ME DAS. Pero te quiero igual, eh. Sólo que prefiero no escucharte, no verte, no leer tu bazofia ni pensar en contarte todo lo que sé de ti.
Ánimo, ya llegará.
Desbarrando con especial dedicación a casi todo el mundo. Ellxs saben.
Not me.
Fdo. La mosca en el ojo
Caramelos
Hace tiempo que los niños de lenguas inquietas se cansaron de lamer golosinas: ya nunca más caerán en esa trampa.
Ahora se esconden en lo profundo del bosque. Tras las ramas secas de los árboles. O bajo la tierra húmeda. Son huesos sobre carne y observan con las cuencas de los ojos hundidas.
Ellas lloran porque saben que las están buscando y que pronto no quedará ninguna. Todas las brujas serán mordidas por sus dientes infantiles y destrozadas a bocados con sus muelas de leche.
Masticadas. Deshechas.
Porque los niños muertos nunca olvidan a quien les ofrece caramelos.
Beth Lázaro
mayo 24, 2023
Esto debe acabar
ACABEMOS YA
mayo 23, 2023
La máquina
La máquina me pide que la alimente. Me suplica. Cada noche oigo su voz ebria como un soplido en mi oreja y me estremezco. Sus susurros me acompañan y me tientan. Cuando duermo, sueño con esa música que rumia en mi cabeza como un martillo que me golpea el cráneo; y solo se apaga, cuando vuelvo a oírla en la vigilia.
Cuando vuelvo a la máquina. Qué paradoja.
Y siempre vuelvo. Porque estar cerca de ella, calma mis demonios durante unos instantes que valen el oro que le doy para que se nutra.
Come. Devora. A cambio me deja jugar con ella. Soy feliz mientras dura el juego. Pienso, tontamente, que algún día me hará rico. Pero, de pronto, se acaba. Las luces se apagan. La música cesa. Allí pierdo siempre más de lo que gano y finjo que no lo sé. Porque ansío la máquina. Porque la máquina me transporta a un mundo lejano. Ajeno. Extraño.
Es un portal.
Vuelvo a casa. Siempre pensando en la máquina. Mi mente se llena de música en bucle y tintineo. Tarareo. Abro la puerta y me reciben mis hijas. Me sorprendo al verlas porque la máquina logra que me olvide de cualquier cosa. Mis hijas me piden que las alimente. Me suplican. Cada noche oigo sus voces implorantes.
Pero no tengo nada. Como siempre, la máquina se lo ha tragado todo.
Quizás, algún día, me trague a mí también.
Beth Lázaro
mayo 22, 2023
especiáfagos
Deglutores de hachís añaden su compota al café para el desayuno. Trajes blanco hueso como si el viejo y asqueroso del Tío Lee siguiera vivo: demasiada gente maldiciendo a Kurt Cobain como para que no decida volarse la cara de un disparo; le debo un cáncer de pulmón a Kurt. Ese tipo de cosas. Soy un genio, el escritor predilecto de tu escritor predilecto: me han visitado en delirios y ascensiones. Me siguen llamando pero hay miedo [o todo lo contrario]. Deglutores de hachís vistiendo, de la color en blanco hueso, rompen el continuum [sea lo que sea eso] y lanzan un motón de palabras de perdón. La redención es un trabajo arduo y colectivo, no lo olvidéis.
Os lo dije.
Os lo dije.
Lo dije.
Dije.
Que no os paren, el ejército de EEUU compra armas embrujadas a la buena gente de Haití. Ese tipo de cosas. Las balas ahora llevan maldiciones Z no uranio empobrecido. El chiste está en quiénes han abierto tantas puertas para que ahora TODO nos cuadre. No tengas fe en la ciencia, no seas idiota, la fe no es para la ciencia sino para maldecir colectivamente ese tipo de usos de la magia: balas con enfermedades culturales adheridas. Os vais a cagar cuando, aullando a la luna, ésta nos guiñe el mare crisium.
OS LO DIJE.
¿Qué vas a hacer cuándo levites hasta el techo de la habitación y ella te mire con su rostro mitocondrial?
Os quiero. Pero os lo dije.
mayo 19, 2023
El mal menor
EL MAL MENOR
CUATRO AÑOS MÁS TARDE...
mayo 18, 2023
Precocinando
A lo lejos sonaba un blues de Johnny Temple. También el puto Souvenir de Damia, cierto ruido de sables de los generales antiperonistas, tres docenas de preludios de Debussy y el metro de Montparnasse en colisión frontal con el ómnibus a Chacarita. ¡Menuda escabechina gore!, gritó papá Perrault: c’est mon Petit Pourcet, mira que lo amo con locura, pero ya no sé qué hacer con él. Siete cabezas cortadas al amanecer. Precocinadas. Podría haberlas salvado, montar sus siete novias para siete hermanos barroco, pero el viejo sádico las dejó a los pies de la violencia vicaria. Alguien robó las botas de siete leguas y puso a cocer en ellas un palé entero de huevos, a rellenar más tarde con las yemas, atún de lata y mayonesa casera. El último día de rodaje, Jeunet y Caro tenían el colesterol por las nubes.
mayo 17, 2023
tres actos por completar: 87 % y aumentando.
-I- no estarás sola
Intento sanar cada día, en veinticuatro horas es imposible. Sigo siendo un enfermo. Sigo cagando o demasiado duro o demasiado blando. Lo único que veo es droga porque porque soy un adicto. Mi primera droga entró por ¿la retina? Lo dudo. Escribo (ahora) desde ayer, hoy y siempre; siempre es lo mismo para mí. Siempre será igual aunque trate de inyectar amor en el mundo cuando obviamente estoy enfermo. Que no os devore el dragón de la avaricia, que no os devoren las ansias de hacerlo como lo hicieron los escritores muertos, ¿y si os fijáis en qué está pasando ahora? Tengo 44 años y no tengo ni idea de cómo funciona el mundo ahora. Es 2023 y me sigo comportando como un beatnik, como un Franz que no tiene acceso a la psicología ni a la psiquiatría, como un anciano que quiere ser joven, me sigo comportando como si tuviera 12 años porque desde entonces no he podido tirar de mi propio carro.
Solo veo energía, son recuerdos, mi chispazo fallido en la cabeza. Mi gente está..., mi generación está a punto de despertarse o de dormirse; confundo las cosas como si viviera al otro lado del espejo; dónde todo es de un ilógico y muy brillante. Cuando lo que pasa es que ni siquiera sé quién soy, cuáles son mis actos o cuáles son sólo actos reflejos de un enfermo mental que ha volado tan alto, tan estúpidamente alto que arde cada día en el centro de una maquinaria kafkiana, en su propia ciudad dantesca, en su oscura habitación llena de pánico y demonios y recuerdos que le señalan. Esto iba a ser una historia sobre el mundo, pero aún no he medido ni pesado todo lo que he dejado atrás. Soy una cara de cenizas, soy un vaso pegajoso de vino tinto con casera, soy una persona agredida y utilizada por unos ¿QUÉ? ¡MIRADME!
Ya estoy haciendo lo mismo de siempre, llorar por mí. Vaya, otra vez.
-II-
Soy un señor asustado por lo nuevo, un perro de cuero tensando sobre un costillar, hay polvo entre las costillas y un poco de sangre en el lavabo; poemas viejos del viejo que ríe y ríe y ríe.
Estoy dialogando con los grafitis de la ciudad, los carteles publicitando .organizaciones que tratan de evitar otra guerra, hay soldados en cada calle, están en el juego. Estoy dialogando y recibiendo una paliza por todo lo aprendido y todo lo ejercido, estoy haciendo lo viejo nuevo y lo bueno más o menos regular. Solo veo mi mente salpicando y retrayéndose otra vez. Hay vida y naturaleza en cada esquina, hay cicatrices en las cabezas de los camareros, hay un montón de miradas y narices que se estremecen y los policías ya no toman cocaína porque esteroides intramuscular.
He encontrado unas cartas manuscritas por mi padre, y bueno, era muy bueno el cabrón. Estoy sedando el tiempo mientras pienso en los líquenes y los helechos, el susurro del agua, la cañada torciendo tobillos de urbanitas, todas las ratas ya hace que huyeron al campo: la moda, la ramera subida a los lomos de la bestia, magia y viagra, flores que caen en el momento justo, jardineras presentado corta-setos y jardineros usando su maquinas de viento para que el crepitar sea cosa del pasado. Ya no quedan otoños, apenas dejan a los niños jugar con las hojas secas. Una abuela se persigna frente a una gigantesca cruz de granito. Así cualquiera. Le explico que su mesías fue ejecutado en un madero y no en una cruz, que aquello seguramente sería una licencia de algún pintor que quería quién sabe qué. Ella me mira torciendo el gesto, su marido, la coge del brazo y hace que baje con ella la calle. Los veo como a unos ancianos, no deben tener muchos más años que yo.
Os pertenecen éstas y todas las palabras que me atraviesan, de momento es así, de momento es lo que queda. Lo que nos queda, lo que nos pesa.
-III-
el tres es un número extraño para mí, el cuatro es casa por un disco azul: desde entonces todas mis canciones favoritas de un disco son por defecto la número 4.
mayo 13, 2023
NUNCA MÁS ME DUCHARÉ
Periplo del [meta]héroe
Monomito abajo solo hay sombríos intrarquetipos. Lo descubrí una mañana sin sol pero también sin nubes, una de esas mañanas anodinas como l...
-
El affaire empezó mientras Ravel leía a Barnes. Canturreaba una melodía pentatónica, todavía blandita y sin forjar, cuando por la página 42...
-
Para que bailen los osos hay que cantar a media voz. Ni muy fuerte ni muy flojo. Si quieres seguir con vida mantente de pie, esgrime tu gar...
-
No os lo había contado hasta ahora, pero ya no puedo retrasarlo más. Como autor omnisciente que soy, he de deciros que Papá Perrault tenía ...